“Hay una cosa más difícil que saber escribir. Saber leer. Eso sí que es difícil. Un libro es como el mar. Sólo el marinero que pasa días y noches contemplándolo, escuchándo su voz, viéndolo cambiar de color, intuyendo lejanas nubes en el horizonte,sabe leer lo que dice. Para los demás el mar es un misterio. Un misterio maravilloso, pero un misterio mudo.

Aprender a leer. Mirar el mar sin cansarse. Advertir que todas las olas son distintas, en su fuerza y en su espuma, en el rumor sencillo de la playa y en el rugido bronco del acantilado.

El mar está ahí, puedes llevarlo contigo. Yo sólo soy un capitán de barco. No pienso enseñarte todas las corrientes ni todos los escollos.Descúbrelos por tu cuenta. Estréllate contra ellos. Si aprendes a leer el mar, siempre saldrás a flote.”


José Luís Sicre



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Os invitamos a leer en el aula, en la biblioteca, en los recreos, en los pasillos, en silencio, en voz alta. Os invitamos a preguntar a los chicos por sus libros favoritos. Os invitamos a releer, una y muchas veces las historias que nos permiten viajar por mundos mágicos. “Otra vez…léemelo de nuevo…una vez más…”, acceder a la repetición que piden los chicos cuando terminan de leer un libro que les gustó, porque de alguna manera es acceder a la posibilidad de ser feliz nuevamente. Daniel Pennac, en su libro Como una novela, dice: “En la lectura hay que imaginar todo…la lectura es un acto de creación permanente” y es también un espacio y lugar para soñar. Porque como dice el poeta Ricardo Zelarayán “Cuando uno sueña se da el gusto de caminar no sólo por el techo sino también por el cielo –el techo del mundo- que además puede comerse porque es azul y dulce. Y uno puede bañarse en las nubes de la lluvia que caerá mañana, aquí o en otra parte, y después caer directamente como una gota o una pelota o deslizarse suavemente como un pájaro sobre las hojas de los árboles”.